PRIMER MINISTRO TALIBÁN AFIRMA QUE EL MOVIMIENTO NO INTERFERIRÁ EN OTROS PAÍSES

Mohammad Hassan Akhund, exjefe del consejo de liderazgo de los talibanes y primer ministro del Gobierno talibán, anunció en su primer discurso televisado que el movimiento no tiene intenciones de interferir en otros países y pidió no suspender las ayudas internacionales para hacer frente a la crisis que vive el país sudasiático, informa la agencia Pajhwok Afghan News.

«Aseguramos a todos los países que no vamos a interferir en sus asuntos internos y que queremos tener buenas relaciones económicas con ellos», dijo Akhund en su discurso.

No obstante, el líder talibán reitera que el país atraviesa por una grave crisis económica.

«Nos ahogamos en nuestros problemas e intentamos obtener las fuerzas para sacar a nuestra gente del sufrimiento y las dificultades con la ayuda de Dios», afirmó. «Estamos esforzándonos al máximo para resolver los problemas de la gente. Trabajamos horas extra en cada departamento», agregó Akhund.

En este contexto, instó a las organizaciones de caridad internacionales a seguir brindando asistencia para ayudar a la nación a resolver la crisis.

Sin embargo, según Akhund, el movimiento talibán ya ha cumplido todas sus promesas a la población: poner fin a la ocupación del territorio del país, establecer un Estado verdaderamente islámico y fomentar la seguridad. En su opinión, los problemas económicos son fruto de las antiguas autoridades de Afganistán, a quienes acusó de dirigir el «sistema más débil del mundo»

«Restos del antiguo régimen que se está escondiendo ahora […] están causando ansiedad y desorientan a la gente para que no confíen en su Gobierno», expresó el primer ministro. 

Mientras, tras la llegada al poder de los talibanes en Afganistán a finales de agosto, según reveló recientemente la ONU, el movimiento no ha podido prevenir la activación de su rival, el Estado Islámico del Gran Jorasán, que «parece estar ahora presente en casi todas las provincias y es cada vez más activo».

Al mismo tiempo, se precisa que Afganistán atraviesa por una grave crisis humanitaria —que afecta, sobre todo, a las mujeres y niñas, quienes encaran grandes dificultades para acceder a la comida, atención médica y recursos financieros—, un hecho que ha derivado en una amenaza de hambruna en el país sudasiático.

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