UCRANIA INVESTIGA CENTENARES DE CASOS DE TORTURA EN JERSÓN

Desde que los rusos huyeron de la ciudad ucraniana de Jerson, sus bombas han desfigurado el rostro de la ciudad, la única capital de provincia que ocuparon al principio de la guerra. Durante ocho meses sus habitantes convivieron con los invasores, de los que ahora se sabe que instalaron toda una red de cámaras de tortura en las entrañas del enclave Las autoridades de la exrepública soviética investigan cientos de casos de tortura

“Tenemos más de 300 casos de personas que fueron retenidas y torturadas aquí, la investigación sigue en curso y el número crece cada día”, asegura Andriy Kovanniy, jefe de relaciones públicas de la Guardia Nacional de Ucrania.

En las cámaras de tortura hay numerosas pruebas de las prácticas del Ejército ruso durante la ocupación, asegura Kovanniy: “Hay suficiente información que prueba que aquí se retenía a la gente, usaban electricidad, máscaras de gas y bloqueaban el aire, les quitaban la comida y les privaban del sueño, la gente era maltratada”.

Objetos personales, restos de comida, algunos documentos… los suelos de estos sótanos son mudos testigos de lo que ocurrió en su interior. El himno ruso garabateado en la pared avala una queja recurrente: los detenidos eran obligados a aprendérselo de memoria.

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